30 de noviembre de 2010

Los gaiteros de San Jacinto en Barcelona. Organiza compañía de danza Sentimiento Cimarron

 

La compañia de danza SENTIMIENTO CIMARRÓN presenta el taller de percusión afrocolombiana con los GAITEROS DE SAN JACINTO

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Los Gaiteros de San Jacinto es una agrupación musical de Colombia que conserva la música tradicional de gaitas y tambores heredada del mestizaje indígena, africano y español. Los instrumentos de la agrupación son las gaitas y las maracas indígenas y los tambores africanos. La agrupación nace aproximadamente a mediados de 1940 en el municipio de San Jacinto en el departamento de Bolívar (Colombia) siendo su director el ya fallecido Toño Fernández. Actualmente la agrupación se mantiene a la cabeza de Nicolás Hernández Polo, Juan “Chuchita” Fernández, Manuel Antonio “Toño” García y Rafael Rodríguez, quienes son los más antiguos integrantes.

Historia

La agrupación Los Gaiteros de San Jacinto nace aproximadamente hacia mediados de los años cuarenta a la cabeza de Miguel Antonio Hernández Vásquez más conocido como "Toño" Fernández, quien reunió un grupo de músicos sanjacinteros entre los que se recuerda a los hermanos Lara, Juan y José, Pedro Nolasco Mejía, Manuel de Jesús "Mañe" Serpa quienes conformaron "oficialmente" Los Gaiteros de San Jacinto, y a partir de los años 50 comenzaron a hacer giras por Colombia representados por el ya fallecido investigador y escritor Dr. Manuel Zapata Olivella, quien desde 1955 se unió con su hermana, la bailarina Delia Zapata Olivella, para iniciar un largo recorrido por China, Japón Unión Soviética, Alemania, Francia, Italia, España, Polonia y otros países más de la Europa Oriental.

A lo largo de los años han pasado por la agrupación diversos músicos como José Tobías Estrada, Eliécer Meléndez, Eliécer Mejía y el gran compositor Catalino Parra, quienes estuvieron en la década de los ´60. Desde 1962 entró a la agrupación Joaquín Nicolás Hernández Pacheco, sobrino de Toño Fernández, quien ocasionalmente ejecutará la gaita macho, la maraca y el tambor llamador. Hacia el año de 1966 hará parte de la agrupación Gabriel Torregrosa Morales, quien será reconocido como un importante intérprete de tambora y tambor alegre. En el año de 1974 hay una separación de Los Gaiteros de San Jacinto, saliendo del grupo Juan y José Lara, quedando como cabeza reconocible de la agrupación Toño Fernández quien seguirá trabajando en adelante con Manuel de Jesús "Mañe" Mendoza, Antonio "Toño" Rodríguez, Gabriel Torregrosa Morales. En ese mismo año entra Juan Alberto Hernández Polo, conocido como Juancho "Chuchita" Fernández, quien a partir de los '80 será la voz líder de la agrupación reemplazando a su tío Toño Fernández.
En 1982, ante los quebrantos de salud de Toño Fernández, quedará encargado como director de la agrupación "Los Gaiteros de San Jacinto" el sobrino de Toño, Joaquín Nicolás Hernández Pacheco, conocido como Nico, y en adelante la agrupación estará bajo su tutela. Para 1985 por problemas de salud de Mañe Mendoza entra en la agrupación Manuel Antonio García, conocido como Toño García. A mediados de los ’90 muere Gabriel Torregrosa Morales quien años más tarde será reemplazado por su hijo Gabriel Torregrosa Romero, de igual manera “Toño” Rodríguez será reemplazado por su hijo Rafael Rodríguez, quien actualmente interpreta el tambor llamador.
Actualmente la agrupación se mantiene a la cabeza de los viejos gaiteros de san jacinto: Nico, Toño, Juancho, y Rafa Rodríguez, quienes son acompañados por la nueva generación de gaiteros: Gabriel Torregrosa (hijo), Fredys Arrieta, Dionisio Yepes,Gualber Rodríguez y otros músicos jóvenes que apoyan ocasionalmente a la agrupación.
En noviembre del 2007 la agrupación recibió el reconocimiento internacional del Premio Grammy Latino en la categoría de mejor álbum folclórico, y estuvieron en el escenario junto a la agrupación Calle 13.



29 de noviembre de 2010

La natural colilla


Como un girasol multitemporada renace a la entrada o a la salida, al comienzo o al final… o en la misma mitad, la intemporal colilla de cigarrillo. Como una abrasadora y tierna compañía, como un infinitesimal consuelo, emerge a cada instante y lógicamente sin pensarlo una colilla en tan desolado, rígido e incondicional terreno.

Es curioso, lisiada eterna pierde los humos y en halitosas bocas se consuela en medio del recuerdo de gravitacionales conversaciones etéreas pero inmensas de parlamento.
Tirada se queda, mientras resuelven al viento, soluciones mundanas, jóvenes y viejos.

Es curioso, al bote de basura no va porque se le tiene prohibido. Restringidos tiene sus ámbitos y sus estancias. Acompañada la colilla perdería su esencia, y acongojada nunca se queda pues para estar sola fue fabricada, tal cual fueron cultivados para el amor los hermosos girasoles del vivero. Por eso es una muerte que tiene sentido. Además le acogen los mejores suelos ibéricos, quienes soportan genes y entes, coloquiales amigos, compañeros, nada tensos en el momento inhalado, momento que se fumó y se ha esfumado.

Criterio de tontos exime al pitillo blando polivalente espiritual de sus logros. Protagonista impagado que yace lelo, olvidado ipso facto de humaredas, clavado en los anchos valles donde efímero le cosecha el español en su fructífero pavimento.