2 de junio de 2009

Vendo una tristeza

Junio 01/09


Vendo una tristeza que está fuera de temporada.
Pesa poco eso si. Fácil de llevar, poco ostentosa pero valiosa por lo que fué, modelo con pocas unidades de fabricación.

Vendo esta tristeza caducada; sin embargo no tiene moho, no está averiada ni avinagrada. Proviene de una importante reserva mía. Bien elaborada, bien sufrida. Le vendo una vez que tiene fecha vencida.

Alcalina y opaca, con su medalloncito de calidad visible aún. Tristeza hermosa y canosa ya. Viejecita. Tristeza tristona y sabia ya. Melancólica y sublime. Embotellada en años y experiencias; como la vez aquella, hace tanto tiempo, cuando llego a ser feliz. Y felicitada la pequeña se fue a dormir de nuevo, triste y casta.

Ahora la vendo no tanto por tristeza como por antigua. Se ha hecho cimientos y esperanzada siempre ha logrado por lo menos un miembro de familia: Yo.

Pero ahora quiero estar solo, y sin embargo no puedo regalar estas cosas. Estas cosas no se regalan. Tengo que venderla y guardar los billetes, resultado de esta operación, en un libro gordo llamado: mis poemas.

Ales Gutiérres