11 de noviembre de 2009

LA GRUA

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Yo soy una grúa más alta y delgada con un extenso brazo. De mis pesos me aseguro que sean los más pesados y de peor dificultad. Me ven allí, quieto, intentando pasar desapercibido aun con mi gran cuerpo. Desarrollando el extraño trabajo de mover cargas de uno a otro sitio. De abajo a arriba y de arriba abajo. Intentando algún día haber construido algo.

¿Existencia-Inercia? Mi cuerpo, atrapado entre la aurora y el ocaso, y a eso le dicen existencia.

Son la 7, me levanto.

¿Sustento diario?

¿Y si fuera millonario?

Sustento diario no.

¿Existencia?

Compraría vibraciones. De marca amor. De marca sexo. De marca amistad. De marca salud. De marca cariño. De marca placer general. De marca tranquilidad.

Son las 19 horas. Ceno.

Son las 24 horas. Agradezco a mi sueño divagar… divagan millones de creaciones en el pequeño cerebro que convierte mi existencia en un personaje sin cuerpo. Cuando duermo soy otra cosa.

Parte II (Cuando duermo)

Mi cuerpo no existe.

Esta noche se estrellaron cuatro aviones cerca de donde yo me hallaba. Salí ileso con algunas contusiones. Luego, cuando aún no salía de la catarsis un camión que venia por la carretera también volcó sorprendido por el desastre aéreo diseminado por el campo y carretera.

Mi cuerpo no existe.

Soy 100% vibraciones. Mi sueño me hace inmenso y físico; vibrante como la rambla de Barcelona con sus monstruos y sus ángeles.

No soy grúa. Soy una masa molecular formada de sensaciones, movida por creaciones. Cuando duermo soy de todo. Poderosas ideas consolidadas. Sudor, sangre, fuego, tormenta.

Alguien instaló un gran peso en el pié de la grúa pero yo me escapo por la puerta del sueño y visito mundos extra-digitales y suspensos. Tengo mente libre por fortuna. Es mi única fortuna, por eso le aclamo. Mi contacto con esta fortuna es lo que cada día, montado en la atómica nave de mi lapicero, me hace elevar la grúa como una pluma.

Buenas noches.

ales gutierres

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