20 de noviembre de 2010
18 de noviembre de 2010
Continuación y final del relato en linea transcurrido en Facebook!
...Pasaron otras tantas semanas y el sopor volvía a apoderarse del ambiente de pareja. ADAN y EVA a veces se escapaban al rio, a la colina de las palmeras o a la llanura salvaje, pero por separado. Era impresionante como los dos sin nada que hacer no hablaran lo suficiente o lo necesario.
E: Que tal el rio.
A: Bello como siempre, cristalino y naturalmente bullicioso. Y los pájaros cantan. ¿Y en la colina?
E: Esplendida, como siempre. La brisa y las palmeras, el agua de coco me encanta, es deliciosa.
A: Que bueno.
E: Si, que bien. Estamos muy bien aquí. Todo es muy lindo. No puedo concebir algo más bello o diferente. Dios es una divinidad, es perfecto.
A: Así es, todo lo que hace es precioso.
DIOS: Hola chicos, ¿como va todo?
ADAN y EVA contestaron al unísono a la voz del cielo: “Muy bien”
DIOS: ¿Seguro que todo anda correctamente?
ADAN y EVA absolutamente seguros en sus dudas respondieron con una sonrisa.
Pasaron algunas semanas más. De ADAN volvió a apoderarse la sensación de la desarmonía con su pareja. Ahora EVA frecuentaba el rio más que ADAN. Hasta dos veces a la semana. Incluso un día le pareció que ella le hizo un pequeño gesto de desplante cuando él quiso insinuársele.
A: Pero porque mi Dios no nos dice nada, no nos aconseja. Dios mío omnipresente y omnipotente. Debe ser que no pasa nada grave o que mi Dios simplemente no lo ve. A veces parece que duerme mucho, no se da cuenta de nuestras reflexiones.
ADAN decidió bajar al rio para hablar con EVA. Lo hizo rápidamente descolgándose por la rivera entre las flores y pastos como un salvaje. De lejos divisó a EVA en medio de la quebrada, entre dos grandes rocas. Bajó sigilosamente, quería tenerla en sus brazos y hacerla suya en medio del agua. EVA se sobresalto por la sorpresa. Aquel medio día había estado en el huerto. Se encontraba medio sumergida en el agua y se quedó mirando a los ojos a ADAN fijamente cuando del agua emergió flotando, de entre sus piernas, una larga berenjena que se alejó lentamente; mientras tanto ADAN le seguía con la vista.
De eso si se dio cuenta Dios, y ese mismo día hubo rayos y truenos insoportables mientras caía sobre el Edén un gran aguacero. Dios les asignó perenne la vergüenza y les echó de tan preciados campos.
Pasado el tiempo ADAN y EVA siguieron haciendo el amor y tuvieron varios hijos, pero eso ya es otra historia.
Ales Gutierres
E: Que tal el rio.
A: Bello como siempre, cristalino y naturalmente bullicioso. Y los pájaros cantan. ¿Y en la colina?
E: Esplendida, como siempre. La brisa y las palmeras, el agua de coco me encanta, es deliciosa.
A: Que bueno.
E: Si, que bien. Estamos muy bien aquí. Todo es muy lindo. No puedo concebir algo más bello o diferente. Dios es una divinidad, es perfecto.
A: Así es, todo lo que hace es precioso.
DIOS: Hola chicos, ¿como va todo?
ADAN y EVA contestaron al unísono a la voz del cielo: “Muy bien”
DIOS: ¿Seguro que todo anda correctamente?
ADAN y EVA absolutamente seguros en sus dudas respondieron con una sonrisa.
Pasaron algunas semanas más. De ADAN volvió a apoderarse la sensación de la desarmonía con su pareja. Ahora EVA frecuentaba el rio más que ADAN. Hasta dos veces a la semana. Incluso un día le pareció que ella le hizo un pequeño gesto de desplante cuando él quiso insinuársele.
A: Pero porque mi Dios no nos dice nada, no nos aconseja. Dios mío omnipresente y omnipotente. Debe ser que no pasa nada grave o que mi Dios simplemente no lo ve. A veces parece que duerme mucho, no se da cuenta de nuestras reflexiones.
ADAN decidió bajar al rio para hablar con EVA. Lo hizo rápidamente descolgándose por la rivera entre las flores y pastos como un salvaje. De lejos divisó a EVA en medio de la quebrada, entre dos grandes rocas. Bajó sigilosamente, quería tenerla en sus brazos y hacerla suya en medio del agua. EVA se sobresalto por la sorpresa. Aquel medio día había estado en el huerto. Se encontraba medio sumergida en el agua y se quedó mirando a los ojos a ADAN fijamente cuando del agua emergió flotando, de entre sus piernas, una larga berenjena que se alejó lentamente; mientras tanto ADAN le seguía con la vista.
De eso si se dio cuenta Dios, y ese mismo día hubo rayos y truenos insoportables mientras caía sobre el Edén un gran aguacero. Dios les asignó perenne la vergüenza y les echó de tan preciados campos.
Pasado el tiempo ADAN y EVA siguieron haciendo el amor y tuvieron varios hijos, pero eso ya es otra historia.
Ales Gutierres
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